Cómo bañarse en la piscina del Diablo en Cataratas Victoria

Visitar las Cataratas Victoria es una de las experiencias más impresionantes del mundo, pero hay una atracción que lleva la emoción al extremo: la Piscina del Diablo. Ubicada en el borde del abismo, este pequeño remanso de agua permite a los visitantes nadar al filo de una de las cascadas más altas del planeta. Sin duda, una actividad solo para los más atrevidos.

Pero, ¿cómo se puede acceder a esta piscina natural sin acabar en una caída de más de 100 metros? Aquí tienes todo lo que necesitas saber antes de sumergirte en esta increíble aventura.

Qué es la piscina del Diablo

Situada en el lado zambiano de las Cataratas Victoria, la Piscina del Diablo es una formación natural que solo está disponible en determinadas épocas del año. Durante la temporada seca, el caudal del río Zambeze disminuye, dejando al descubierto esta piscina justo en el borde del precipicio.

Este fenómeno permite que los visitantes puedan nadar y asomarse sin ser arrastrados por la corriente, gracias a una barrera de roca que actúa como protección. La sensación de estar al borde del vacío es indescriptible.

Cuándo se puede visitar

La Piscina del Diablo solo es accesible durante la temporada seca, que suele extenderse entre mediados de agosto y enero. En esta época, el caudal del Zambeze baja lo suficiente como para permitir el acceso sin peligro.

Intentar nadar en cualquier otra época del año es una locura, ya que la fuerza del agua puede ser devastadora. Así que, si quieres vivir la experiencia sin riesgos innecesarios, revisa bien las fechas antes de viajar.

Cómo llegar

Para acceder a la Piscina del Diablo, hay que tomar un tour desde Livingstone (Zambia) o Victoria Falls (Zimbabue). La mayoría de los operadores turísticos incluyen el traslado en bote hasta la isla Livingstone, desde donde se camina hasta la piscina.

El recorrido es relativamente corto, pero requiere atravesar corrientes de agua poco profundas, por lo que se recomienda llevar calzado adecuado para el agua.

Es seguro bañarse allí

Es normal preguntarse si meterse en el borde de una cascada gigante es una decisión sensata. La respuesta corta es sí, pero con ciertas precauciones.

Los tours están organizados por guías expertos que conocen el río a la perfección. No se permite el acceso sin supervisión, y los visitantes deben seguir todas las indicaciones para minimizar riesgos.

Requisitos y normas

Para nadar en la Piscina del Diablo, los turistas deben cumplir ciertas condiciones de seguridad:

• Edad mínima: Generalmente, los operadores turísticos requieren que los visitantes tengan al menos 12 años.
• Buen estado físico: No es una actividad extrema, pero sí requiere confianza en el agua y algo de resistencia.
• Seguir instrucciones: No es momento para jugar a los héroes. Obedecer a los guías es clave para una experiencia segura.

Las normas pueden variar según el operador turístico, así que siempre es recomendable consultar con antelación.

Casos de accidentes

Aunque la actividad es segura, han ocurrido accidentes cuando los visitantes no siguen las reglas. En general, la piscina es un lugar seguro siempre que se respete el protocolo. Como dato curioso, los hipopótamos y cocodrilos prefieren otras zonas del río, así que no hay que preocuparse por encuentros inesperados.

Qué llevar para la experiencia

Para disfrutar de la Piscina del Diablo al máximo, es importante llevar lo siguiente:

• Ropa de baño: Indispensable. Un traje de neopreno no es necesario, ya que el agua está a una temperatura agradable.
• Calzado acuático: Facilita el acceso a la isla y previene resbalones.
• Protector solar: La exposición al sol en esta zona es intensa.
• Cámara resistente al agua: La foto al borde de la cascada es un recuerdo imprescindible.

Recuerda que el espacio es limitado, así que evita llevar mochilas voluminosas.

Experiencia de baño en la piscina

Al llegar a la piscina, los guías ayudan a los visitantes a meterse en el agua y dirigirse hacia el borde. Allí, la corriente es sorprendentemente calmada, lo que permite sentarse y asomarse sin riesgo.

Uno de los momentos más emocionantes es cuando los guías toman fotos desde un ángulo que hace parecer que estás flotando en el vacío. Un truco visual espectacular.

Alternativas para quienes no quieren nadar

Si la idea de meterse al borde de una catarata de más de 100 metros no resulta atractiva, hay otras formas de disfrutar de la experiencia:

• Tour en helicóptero: Ofrece vistas aéreas impresionantes de las cataratas.
• Crucero por el río Zambeze: Perfecto para ver la puesta de sol con un cóctel en mano.
• Visita a la isla Livingstone: Sin necesidad de nadar, se pueden apreciar vistas espectaculares.

Cualquiera de estas opciones garantiza un recuerdo inolvidable de las Cataratas Victoria.

La Piscina del Diablo es una de esas experiencias que parecen sacadas de una película de aventuras. Una combinación de adrenalina, naturaleza y un escenario épico que deja sin palabras. Si te atreves, prepárate para una experiencia que difícilmente olvidarás. Y si no, al menos ahora sabes exactamente cómo es estar al borde del abismo… sin despeinarte.