Cómo es bañarse en un onsen en Japón sin nada de ropa

Bañarse en un onsen en Japón es una experiencia que va mucho más allá de un simple baño relajante. Se trata de una tradición milenaria que combina bienestar, cultura y conexión con la naturaleza. Los onsen son aguas termales de origen volcánico que brotan de las profundidades de la tierra, y su uso está profundamente arraigado en la sociedad japonesa. Para los viajeros, sumergirse en estas aguas calientes es una oportunidad única para vivir una auténtica experiencia cultural, aunque puede resultar un tanto intimidante al principio, especialmente por la norma de hacerlo sin ropa.

Pero no hay que preocuparse demasiado. Aunque la idea de desnudarse frente a extraños pueda generar nerviosismo, la etiqueta y el respeto que rodean esta práctica hacen que sea una vivencia cómoda y enriquecedora. Eso sí, es importante conocer las reglas básicas para no cometer errores que podrían resultar incómodos.

La tradición del onsen

El onsen no es solo un baño termal; es un ritual que refleja la filosofía japonesa de armonía y respeto. Desde tiempos antiguos, los japoneses han utilizado estas aguas para curar dolencias, relajar el cuerpo y purificar el espíritu. La práctica de bañarse en un onsen está tan integrada en la cultura que incluso hay refranes populares que hablan de sus beneficios, como "Un baño termal al día aleja al médico".

Además, los onsen suelen estar ubicados en entornos naturales impresionantes, como montañas, bosques o junto al mar. Esto no solo añade un componente estético a la experiencia, sino que también refuerza la conexión con la naturaleza, algo muy valorado en la cultura japonesa.

¿Por qué hay que bañarse sin ropa?

Una de las preguntas más comunes entre los visitantes primerizos es por qué no se permite usar traje de baño en un onsen. La respuesta tiene que ver con la higiene y la tradición. En Japón, el baño no es solo un acto individual, sino una experiencia comunitaria. Al no usar ropa, se evita la contaminación del agua con tejidos o productos químicos, lo que garantiza que las aguas termales se mantengan limpias para todos.

Además, la desnudez en un onsen se considera un acto de igualdad. Al despojarse de la ropa, también se dejan atrás las diferencias sociales, económicas o culturales. Todos son iguales en el onsen, y eso crea un ambiente de respeto y camaradería.

La etiqueta del onsen

Antes de sumergirse en las aguas termales, es fundamental conocer las reglas básicas de etiqueta. No seguirlas no solo puede resultar embarazoso, sino que también puede ofender a los locales. Lo primero que hay que hacer es lavarse bien antes de entrar al onsen. En todas las instalaciones hay áreas de lavado con taburetes, jabón y duchas. Es imprescindible enjabonarse y enjuagarse por completo antes de entrar al agua.

Otro aspecto importante es no llevar toallas al agua. Aunque al principio pueda resultar incómodo, es una norma que se sigue estrictamente. Las toallas pequeñas que se proporcionan suelen usarse para secarse después del baño o para cubrirse discretamente al caminar por las instalaciones, pero nunca dentro del agua.

¿Qué esperar dentro del onsen?

Una vez dentro del onsen, la sensación es de relajación absoluta. Las aguas termales suelen estar a una temperatura que oscila entre los 38 y los 42 grados centígrados, lo que ayuda a relajar los músculos y mejorar la circulación. Muchos onsen también tienen diferentes tipos de baños, como piscinas al aire libre (rotenburo), saunas o baños con hierbas medicinales.

Es común ver a los japoneses disfrutando del onsen en silencio, con los ojos cerrados y una expresión de total paz. Aunque no hay problema en hablar en voz baja, es importante mantener un ambiente tranquilo y respetuoso. Después de todo, el onsen es un lugar para desconectar del estrés diario.

Consejos para los primerizos

Para quienes nunca han estado en un onsen, la experiencia puede resultar abrumadora al principio. Lo más importante es recordar que todos los presentes están allí por la misma razón: relajarse y disfrutar. Si te sientes inseguro, observa a los demás y sigue su ejemplo. La mayoría de los japoneses son muy comprensivos con los extranjeros y estarán encantados de ayudar si lo necesitas.

También es recomendable empezar con onsen menos concurridos o en horarios más tranquilos, como a primera hora de la mañana o tarde en la noche. Esto te permitirá familiarizarte con el entorno sin sentirte observado. Y si te preocupa la desnudez, recuerda que en Japón no se le da la misma connotación que en otras culturas. Es algo natural y cotidiano.

Un dato curioso

¿Sabías que algunos onsen tienen propiedades terapéuticas específicas? Por ejemplo, las aguas ricas en azufre son ideales para problemas de piel, mientras que las que contienen carbonato de sodio son beneficiosas para la circulación. Incluso hay onsen que se consideran afrodisíacos, aunque eso ya depende de cada uno comprobarlo.

El humor en el onsen

Aunque el onsen es un lugar de relajación, no está exento de momentos divertidos. Por ejemplo, es común ver a los visitantes intentando mantener el equilibrio en las piedras resbaladizas o luchando por doblar correctamente la toalla pequeña. Y, por supuesto, siempre está el clásico momento en que alguien se equivoca de género y entra en la zona equivocada. ¡Pero no te preocupes! Es más común de lo que piensas, y siempre se resuelve con una disculpa y una sonrisa.

Bañarse en un onsen es una experiencia que todo viajero debería probar al menos una vez en la vida. No solo por sus beneficios físicos, sino también por la oportunidad de sumergirse en una tradición cultural única. Así que, si tienes la oportunidad de visitar Japón, no lo dudes: déjate llevar por la magia del onsen. Y recuerda, como dicen los japoneses, "El onsen es el mejor amigo del viajero cansado".