Cómo es la visita a la Casa Amatller, una joya del modernismo en Barcelona

Barcelona es una ciudad que respira arte y arquitectura por cada uno de sus rincones, y entre sus joyas más destacadas se encuentra la Casa Amatller. Situada en el famoso Passeig de Gràcia, esta obra maestra del modernismo catalán comparte acera con la no menos impresionante Casa Batlló de Gaudí. Diseñada por el arquitecto Josep Puig i Cadafalch, la Casa Amatller es un ejemplo perfecto de cómo el modernismo fusiona la funcionalidad con la estética más exquisita. Su fachada, repleta de detalles simbólicos y decorativos, es solo una muestra de lo que espera a los visitantes en su interior.

Visitar la Casa Amatller es como viajar en el tiempo a la Barcelona de finales del siglo XIX y principios del XX, una época de esplendor cultural y arquitectónico. ¿Listos para descubrir todos sus secretos? ️

Índice
  1. Historia de la casa Amatller
    1. La fachada: una obra de arte en sí misma
  2. El interior: un viaje al pasado
    1. El estudio de Antoni Amatller
  3. La azotea: vistas y detalles únicos
    1. La tienda y el chocolate Amatller
  4. Consejos para la visita

Historia de la casa Amatller

La Casa Amatller fue encargada por Antoni Amatller, un empresario chocolatero de éxito y apasionado coleccionista de arte. En 1898, Amatller adquirió un edificio preexistente en el Passeig de Gràcia y decidió transformarlo en una residencia que reflejara su estatus y su amor por el arte. Para ello, contrató a Josep Puig i Cadafalch, uno de los arquitectos más destacados del modernismo catalán, quien diseñó una obra que combina elementos góticos, flamencos y modernistas.

La construcción se llevó a cabo entre 1898 y 1900, y el resultado fue una vivienda que no solo servía como hogar para la familia Amatller, sino también como un espacio para exhibir su impresionante colección de arte. Hoy en día, la casa es propiedad del Instituto Amatller de Arte Hispánico, que se encarga de su conservación y apertura al público.

La fachada: una obra de arte en sí misma

Uno de los aspectos más llamativos de la Casa Amatller es, sin duda, su fachada. Puig i Cadafalch diseñó una estructura que parece sacada de un cuento de hadas, con elementos que evocan un castillo medieval. La fachada está decorada con esculturas, mosaicos y cerámicas que representan motivos naturales y simbólicos, típicos del modernismo. Destaca especialmente el esgrafiado, una técnica decorativa que crea relieves y texturas en la superficie.

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Un dato curioso es que la fachada incluye una representación de San Jorge, el patrón de Cataluña, luchando contra el dragón. Este detalle no solo tiene un valor artístico, sino también cultural, ya que refleja el sentimiento nacionalista de la época. Además, las iniciales de Antoni Amatller están integradas en la decoración, lo que añade un toque personal a la obra.

El interior: un viaje al pasado

Al cruzar la puerta de la Casa Amatller, los visitantes se sumergen en un mundo de elegancia y sofisticación. Cada rincón de la casa está cuidadosamente diseñado para combinar funcionalidad y belleza. Desde los suelos de mosaico hasta los techos decorados con pinturas y relieves, el interior es una muestra del lujo y el buen gusto que caracterizaban a la burguesía barcelonesa de la época.

Uno de los espacios más impresionantes es el comedor, que conserva su mobiliario original y está decorado con paneles de madera tallada y vitrales que filtran la luz de manera espectacular. También destaca la escalera principal, una obra de arte en sí misma, con barandillas de hierro forjado y detalles ornamentales que no dejan indiferente a nadie.

El estudio de Antoni Amatller

Uno de los lugares más especiales de la casa es el estudio de Antoni Amatller, situado en la planta principal. Este espacio fue diseñado para que el empresario pudiera trabajar y disfrutar de su pasión por la fotografía, una de sus grandes aficiones. El estudio cuenta con una gran ventana que permite la entrada de luz natural, ideal para sus sesiones fotográficas.

Hoy en día, el estudio alberga una exposición que muestra algunas de las fotografías tomadas por Amatller, así como su equipo fotográfico original. Este espacio es un testimonio de la personalidad polifacética de Amatller, que no solo fue un empresario exitoso, sino también un artista y coleccionista apasionado.

La azotea: vistas y detalles únicos

La visita a la Casa Amatller no estaría completa sin subir a su azotea. Desde aquí, los visitantes pueden disfrutar de unas vistas espectaculares del Passeig de Gràcia y de la ciudad de Barcelona. Pero lo más interesante de la azotea son los detalles arquitectónicos que la decoran, como las chimeneas de diseño modernista y las esculturas que coronan el edificio.

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Un dato curioso es que la azotea de la Casa Amatller fue diseñada para ser funcional, pero también para impresionar. Las chimeneas, por ejemplo, están decoradas con motivos florales y geométricos, lo que demuestra que incluso los elementos más prácticos pueden convertirse en obras de arte.

La tienda y el chocolate Amatller

No se puede hablar de la Casa Amatller sin mencionar su conexión con el mundo del chocolate. Antoni Amatller no solo fue un amante del arte, sino también un innovador en la industria chocolatera. Durante la visita, los turistas pueden pasar por la tienda de la casa, donde se venden productos de chocolate inspirados en las recetas originales de Amatller.

Además, la tienda ofrece una selección de souvenirs y libros relacionados con la historia de la casa y el modernismo catalán. Es el lugar perfecto para llevarse un recuerdo único de esta experiencia. Y, por supuesto, no hay que irse sin probar una tableta de chocolate Amatller, un auténtico placer para los sentidos.

Consejos para la visita

Para aprovechar al máximo la visita a la Casa Amatller, es recomendable reservar las entradas con antelación, especialmente durante la temporada alta. La casa ofrece visitas guiadas que permiten conocer todos los detalles de su historia y arquitectura, aunque también es posible explorarla por libre con una audioguía.

Además, es importante dedicar tiempo a observar los detalles, tanto en el interior como en el exterior. Cada rincón de la casa tiene una historia que contar, y perderse algún detalle sería un pecado. Por último, no olviden llevar la cámara de fotos, porque la Casa Amatller es un lugar que merece ser capturado desde todos los ángulos.

La Casa Amatller es, sin duda, una parada obligatoria para cualquier amante del arte, la arquitectura o la historia. Su combinación de belleza, historia y detalles curiosos la convierten en uno de los lugares más fascinantes de Barcelona. Así que, si están planeando una visita a la ciudad, no dejen de incluir esta joya modernista en su itinerario. ¡Les aseguramos que no se arrepentirán! ✨

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