Errores que evitar en Roma: ¿qué no hacer durante la visita?

Roma, la Ciudad Eterna, es un destino que atrae a millones de viajeros cada año. Con su impresionante historia, arquitectura icónica y gastronomía deliciosa, es fácil entender por qué. Sin embargo, visitar Roma no está exento de desafíos, especialmente para quienes no están familiarizados con sus costumbres y peculiaridades. Desde errores comunes como intentar ver todo en un solo día hasta caer en trampas turísticas, hay varios aspectos que pueden arruinar una experiencia que, de otro modo, sería inolvidable.

Para evitar que tu viaje se convierta en una serie de contratiempos, es crucial planificar con anticipación y conocer los errores más frecuentes. Aquí te contamos qué no hacer durante tu visita a Roma. �

Intentar ver todo en un solo día

Roma es una ciudad que requiere tiempo para ser apreciada en su totalidad. Muchos viajeros cometen el error de intentar abarcar todo en un solo día, lo que resulta en una experiencia agotadora y superficial. La ciudad alberga más de 2,000 años de historia, y cada rincón tiene una historia que contar.

Es recomendable priorizar los lugares que más te interesen y dedicarles el tiempo necesario. Por ejemplo, el Coliseo y el Foro Romano merecen al menos medio día, mientras que el Vaticano y sus museos pueden llevar fácilmente un día completo. Planifica tu itinerario con calma y recuerda que menos es más cuando se trata de disfrutar de Roma.

Ignorar las colas y no reservar con antelación

Uno de los errores más comunes es no reservar entradas con anticipación para los principales atractivos turísticos. Las colas en lugares como el Coliseo, los Museos Vaticanos y la Basílica de San Pedro pueden ser interminables, especialmente durante la temporada alta.

Un dato curioso: en 2019, más de 7 millones de personas visitaron el Coliseo, lo que lo convierte en uno de los monumentos más visitados del mundo.

Para evitar perder horas valiosas, es fundamental reservar entradas en línea con antelación. Muchos sitios ofrecen entradas sin cola, que, aunque pueden ser un poco más caras, valen cada centavo. Además, algunas atracciones tienen horarios específicos para visitas guiadas, lo que puede enriquecer aún más tu experiencia.

No respetar el código de vestimenta en lugares religiosos

Roma es el hogar de algunas de las iglesias y basílicas más importantes del mundo, como la Basílica de San Pedro y la Basílica de Santa María la Mayor. Sin embargo, muchos visitantes no son conscientes del código de vestimenta requerido para entrar en estos lugares sagrados.

Es esencial vestirse de manera modesta al visitar iglesias y basílicas. Esto significa evitar shorts, faldas cortas, camisetas sin mangas y ropa demasiado ajustada. Llevar un pañuelo o una chaqueta ligera puede ser útil para cubrirse si es necesario. Recuerda que no seguir estas normas puede resultar en la negación de la entrada, lo que sería una lástima después de haber hecho cola durante horas.

Olvidar probar la auténtica comida romana

La gastronomía romana es una de las más deliciosas y variadas de Italia. Sin embargo, muchos turistas caen en la trampa de comer en restaurantes cercanos a los principales puntos turísticos, que a menudo son caros y de baja calidad.

Para disfrutar de la auténtica comida romana, es recomendable alejarse de las zonas más turísticas y buscar trattorias y pizzerias locales. Platos como la carbonara, el cacio e pepe y la pizza al taglio son imprescindibles. Además, no olvides probar el gelato artesanal, pero asegúrate de que sea de una heladería de calidad y no de las que tienen montañas de helado de colores brillantes.

No aprender algunas palabras básicas en italiano

Aunque muchos romanos hablan inglés, especialmente en áreas turísticas, hacer un esfuerzo por hablar italiano puede marcar una gran diferencia en tu experiencia. Aprender algunas frases básicas como "buongiorno" (buenos días), "grazie" (gracias) y "per favore" (por favor) puede ayudarte a conectar con los locales y mostrar respeto por su cultura.

Además, intentar comunicarte en italiano puede abrirte puertas a experiencias más auténticas, como conversaciones con dueños de restaurantes o vendedores de mercados locales. No te preocupes si no lo hablas perfectamente; los romanos suelen apreciar el esfuerzo y estarán encantados de ayudarte.

Subestimar el transporte público

Roma es una ciudad grande, y caminar entre todos los puntos de interés puede ser agotador. Afortunadamente, la ciudad cuenta con un sistema de transporte público bastante eficiente, que incluye autobuses, tranvías y metro. Sin embargo, muchos turistas subestiman su utilidad y terminan gastando más en taxis o tours privados.

Es recomendable familiarizarse con las líneas de metro y autobuses principales. El metro de Roma tiene tres líneas (A, B y C) que conectan muchos de los principales puntos turísticos. Además, los autobuses y tranvías pueden llevarte a lugares más alejados, como el Trastevere o la zona de Testaccio. Comprar un pase diario o semanal puede ahorrarte dinero y tiempo.

No llevar efectivo

Aunque las tarjetas de crédito y débito son ampliamente aceptadas en Roma, todavía hay muchos lugares, especialmente pequeños comercios y mercados, que prefieren el efectivo. No llevar suficiente efectivo puede resultar en situaciones incómodas, especialmente si quieres comprar recuerdos o disfrutar de la comida callejera.

Es recomendable llevar siempre algo de efectivo contigo, pero sin exagerar. Los cajeros automáticos están ampliamente disponibles, pero ten en cuenta que algunos pueden cobrar comisiones por retiros internacionales. Además, es útil tener monedas pequeñas para pagar en transporte público o dejar propinas en restaurantes.

No disfrutar de la dolce vita

Finalmente, uno de los mayores errores que puedes cometer en Roma es no tomarte el tiempo para disfrutar de la dolce vita. La ciudad tiene un ritmo más lento que muchas otras capitales europeas, y es importante adaptarse a él.

Dedica tiempo a sentarte en una terraza, disfrutar de un espresso o un aperitivo, y simplemente observar la vida pasar. Roma no es solo un museo al aire libre; es una ciudad viva y vibrante que se disfruta mejor cuando te tomas el tiempo para sumergirte en su atmósfera única.

Visitar Roma puede ser una experiencia mágica si se hace con cuidado y preparación. Evitando estos errores comunes, podrás disfrutar al máximo de todo lo que la Ciudad Eterna tiene para ofrecer. Y recuerda, si te pierdes, no te preocupes: en Roma, cada calle tiene algo que descubrir. ¡Buon viaggio!